Sanitja

Si hay un lugar especial para el artista Enric Gol, sin duda es Sanitja. Antiguo puerto en la época romana, hoy en día es un refugio de paz y serenidad. El contraste entre la tierra rojiza y el azul de las aguas se mantiene en constante equilibrio, que solo las tormentas se atreven a romper. Cuando la costa norte se brinda en su calma más absoluta, el reflejo de las colinas que la rodean forman un auténtico espejismo al alcance de la mano.

Duele imaginar que siglos atrás, en ese lugar donde ahora reina la armonía, antes fuera un puerto activo, tanto en términos comerciales como militares. Esas aguas han sido testigos de eventos que el tiempo y el olvido han dejado desmoronar, como los restos de dos casas que aún intentan mantenerse en pie. Dominando la lengua de mar que es Sanitja, queda el recuerdo de una ciudad llamada Sanicera, donde cada año arqueólogos de todo el mundo aún encuentran vestigios de su glorioso pasado.

Pero Enric Gol no busca ni victorias ni derrotas olvidadas.  Él, como artista, solo busca la luz, la armonía de los elementos naturales. Y así, al llegar de nuevo al taller, poder materializarla sobre telas tensadas como las aguas del puerto más encantador de la isla.